Esenciales para tener una piel hermosa el día de tu boda
Los tres pilares del cuidado diario de la piel están en:
La limpieza
La hidratación y
La protección facial.
Partiendo de esa base, ya tendremos un poco más claro qué tipo de productos son imprescindibles para tener una piel limpia y luminosa.
Una de las cuestiones que más suele preocuparnos es la del orden de los productos. Lo cierto es que en este caso, el orden sí importa. Para recordarlo, simplemente tenemos que pensar que los productos más ligeros se aplican siempre primero, dejando así los más densos para el final. De esta forma, tras una limpieza siempre se aplicará el tónico, las esencias, el sérum, cremas hidratantes (antiarrugas, cremas para el acné, reafirmantes etc.) y por último los aceites.
La importancia del tipo de piel
Es muy importante saber el tipo de piel que tenemos; y es que aunque hay pieles que pueden aceptar casi cualquier tipo de producto, lo más habitual es que nos encontremos con particularidades, como las que tienen las pieles grasas, las secas o las sensibles.
Es necesario adquirir siempre productos que estén enfocados a nuestro tipo de piel; y es que si gastamos productos para pieles secas en una piel grasa, seguramente agravaremos nuestros problemas. También a la inversa.
Esenciales para la rutina de mañana
Hay que tener en cuenta que la función principal de la rutina facial de mañana es la de proteger nuestra piel para prepararla para aguantar todo el día. Lo que se busca con la rutina de mañana es minimizar el impacto de las agresiones externas. Por tanto, el primer producto que gastaremos será un gel limpiador, sobre todo en los casos de pieles grasas. En pieles secas o mixtas quizá sea suficiente lavar nuestro rostro con agua; y es que si hemos realizado la limpieza nocturna correctamente, la piel está bastante limpia a esas horas de polución y maquillaje.
El siguiente producto para la rutina de mañana sería el tónico. Es un producto que tampoco es esencial siempre, pero los tónicos actuales pueden tener beneficios en determinados tipos de piel.
Una vez tengamos la piel limpia, será el momento de aplicar la crema hidratante. Cada crema hidratante se adapta a las necesidades de los tipos de piel. De esta forma, las pieles más secas requerirán cremas más ricas en aceites, mientras que las pieles sensibles necesitarán una fórmula más astringente.
En una rutina de mañana no puede faltar jamás el protector solar. Ten en cuenta que la agresión del sol es una de las que más daño puede hacernos a la piel. El daño solar, además, es acumulativo, por lo que con el paso de los años, las pieles más expuestas pueden tener problemas de manchas o la aparición temprana de arrugas profundas. Mejor prevenir que curar.
Rutina facial por la noche
En el caso de la noche, la función es eliminar todos los restos de maquillaje del día. Además, las cremas de noche son las que más se enfocan a tratar determinados problemas de nuestra piel; y es que por la noche, mientras descansamos, no estamos expuestos a agentes externos contaminantes. La regeneración en este momento del día es mayor.
Empieza tu rutina de noche con un buen desmaquillante apto para tu tipo de piel. Si no lo haces, favorecerás la aparición de radicales libres, además de taponar poros y provocar aparición de puntos negros.
Tras el desmaquillante hay que usar geles limpiadores faciales. Intenta siempre masajear el rostro con ese gel durante un minuto para que el producto pueda penetrar mejor. Luego aclara con agua y seca con una toalla limpia a toques.
Con la piel completamente limpia, es el momento de usar todos aquellos productos que se encargan de aportarnos los activos que cada tipo de piel necesita. En este paso, por tanto, entrarían los sérums y el contorno de ojos. Tras estos productos es el momento de la hidratación. En el caso de la noche, las cremas hidratantes deberían ser un poco más ricas en activos que las que usamos por el día, sobre todo si contamos con una piel muy seca.
Con estos productos y estas rutinas de mañana y noche, siempre que se cuente con constancia, obtendremos un rostro mucho más saludable y luminoso.